El sector del frío es uno de lo servicios básicos que ha continuando funcionando desde el primer día del Estado de Alarma, decretado por el Gobierno, como consecuencia de la Crisis del COVID-19, en la medida que resulta prioritario para el mantenimiento de muchos servicios básicos: conservación de medicamentos, centros de datos, alimentación o sanidad. Precisamente en estos dos últimos la refrigeración evaporatuva garantiza el funcionamiento en estos momentos críticos.
Los equipos de refrigeración evaporativa - torres y condensadores- resultan de vital importancia para muchos de los sectores reconocidos como esenciales por el Real Decreto-Ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regulan las actividades esenciales y vinculadas con las mismas en relación con el COVID-19, como es el caso de todas las actividades que forman parte de la cadena de producción de la industria alimentaria y la refrigeración no doméstica.
En este último caso hay que poner el foco en la refrigeración de los centros hospitalarios, fundamentales en esta crisis sanitaria y en los que el acondicionamiento de aire resulta prioritario. La evacuación del calor de condensación que requieren los procesos de refrigeración en grandes complejos socio-sanitarios, ya se trate de hospitales o de residencias geriátricas, encuentra en la refrigeración evaporativa una combinación óptima en lo que a ahorro energético y costes se refiere.
Por otra parte, la refrigeración evaporativa se utiliza en las dos terceras partes de la industria alimentaria. Estos equipos garantizan el mantenimiento de una temperatura adecuada y estable en el proceso de manufactura de los alimentos. Aquí el enfriamiento evaporativo se usa para disipar el calor de condensación que se origina en las instalaciones frigoríficas de compresión mecánica, es decir, aquellas que producen y sirven el frío artificial a las cámaras y salas donde los alimentos se refrigeran, conservan, despiezan y envasan a los vehículos refrigerados donde se transporta hasta el punto de venta.