La refrigeración evaporativa realiza un uso responsable del agua, favoreciendo la reducción de su consumo así como su reutilización de modo seguro, contribuyendo a la protección del medio ambiente. En un momento en el que uno de los grandes retos es, además del respeto del entorno, el ahorro energético, esta tecnología se convierte en una alternativa fundamental.
La refrigeración evaporativa tiene mucho que aportar en momentos como los actuales en los que la Unión Europea hace hincapié en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10% respecto a los niveles de 2005 y el incremento de la eficiencia energética en un 20%, dos objetivos que la Estrategia 2020 establece como prioritarios en materia de sostenibilidad medioambiental.
A solo unas semanas de alcanzar el 2020, estos objetivos están lejos de cumplirse. Si bien las emisiones de CO2 se han reducido de forma generalizada en Europa y el consumo de fuentes de energía primarias ha disminuido, en nuestro país queda por hacer..
Dar cumplimiento a esos objetivos depende de la capacidad para reducir la demanda de energía y aquí la refrigeración evaporativa puede desempeñar un papel de primer orden:
- Los equipos de refrigeración evaporativa generan un ahorro energético muy superior a alternativas similares gracias a la eficiencia del proceso y el alto rendimiento energético que proporcionan, por lo que su uso resulta prometedor en las industrias que necesitan frío en sus procesos de fabricación. El consumo de energía eléctrica por parte de torres y condensadores es muy inferior, por ejemplo, al de los equipos de refrigeración por aire que para producir el mismo efecto frigorífico.
- Estos equipos utilizan el agua para enfriar, garantizando su calidad, reutilización, reducción de su consumo y aprovechamiento eficaz. Además, el empleo del agua no aporta emisiones de CO2, se trata de una tecnología limpia y respetuosa con el medio ambiente y favorece la reducción de los efectos del cambio climático. Asimismo, se reduce el efecto invernadero al limitarse las emisiones de CO2 indirectas gracias al ahorro de energía eléctrica consumida, y directas, por el menor riesgo de fugas de gases refrigerantes.
- En líneas generales, la refrigeración evaporativa ha sido capaz de adaptarse a las nuevas exigencias del entorno y de los recursos naturales disponibles.