Tras la larga tregua que la pandemia de la Covid 19 y el confinamiento mundial supuso para el clima y el medioambiente, los niveles de contaminación en la Tierra vuelven a superar todos los límites. En el primer semestre de este año, se calculaba que casi toda la población mundial respira un aire que supera los límites de calidad recomendados por la OMS y pone en peligro su salud. Ante este aumento progresivo, la Unión Europea insiste en su objetivo declarado de lograr un medio ambiente más limpio para 2030 y que el territorio europeo sea una zona de contaminación cero en 2050 como muy tarde.
El marco de actuación de la Unión Europea en materia de clima y energía durante el periodo 2021-2030 contempla varios objetivos para lograr una economía baja en carbono y un sistema energético que garantice energía asequible para todos los consumidores, aumente la seguridad del suministro energético de la UE, reduzca la dependencia de las importaciones de energía y cree nuevas oportunidades de crecimiento y empleo.
La reducción en un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de la eficiencia energética en un 32,5% son dos de los objetivos que resultan fundamentales para la consecución de la meta final y en ambos casos la refrigeración evaporativa – torres de refrigeración y condensadores evaporativos – son sistemas imprescindibles.
Los equipos de refrigeración evaporativa basan su funcionamiento en la utilización del agua para generar frío, garantizando su calidad, reutilización, reducción de su consumo y aprovechamiento. El agua no aporta emisiones de CO2 y se reduce el efecto invernadero al limitarse las emisiones de CO2 indirectas gracias al ahorro de energía eléctrica consumida, y directas, por el menor riesgo de fugas de gases refrigerantes.
Se trata, por tanto, de una tecnología limpia y respetuosa con el medio ambiente, que favorece la reducción de los efectos del cambio climático.