El mantenimiento de las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos es un proceso sencillo que aporta múltiples ventajas, tanto en lo que se refiere a evitar la proliferación de la bacteria de la Legionela, como a optimizar el rendimiento y la vida útil de los equipos y favorecer el ahorro energético. Dicho mantenimiento debe realizarse a lo largo de todo el año y extenderse a todas aquellas instalaciones susceptibles de albergar la bacteria.
El principio del enfriamiento evaporativo es un proceso natural que utiliza el agua como refrigerante y que se aplica para la transmisión a la atmósfera del calor excedente de diferentes procesos. En este principio se basa el funcionamiento de equipos, como las torres de enfriamiento y los condensadores evaporativos, frecuentemente utilizados para la condensación del fluido refrigerante en las instalaciones frigoríficas
Esta tecnología se utiliza en todos los procesos que requieren frío para su funcionamiento en amplios sectores de la industria y del sector terciario. Más allá de la climatización doméstica, incluyendo centros comerciales y grandes edificios de oficinas, la refrigeración evaporativa se emplea en industrias petroquímicas y farmacéuticas, industria alimentaria, industria automovilística, producción de acero, fabricación de componentes de electrónica y semiconductores, centrales eléctricas, plantas de cogeneración, refrigeración industrial y de maquinaria.
La bacteria de la Legionela
En este punto hay que recordar que la Legionela no es un problema vinculado exclusivamente a las torres de refrigeración, sino que afecta a todas aquellas instalaciones contempladas en el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis: fuentes públicas, sistemas de riego, spas, piscinas, vaporizadores o sistemas de agua caliente sanitaria.
En cualquier caso, para que se produzca un brote de Legionela y llegue al ambiente debe producirse una cadena de sucesos improbable: la llegada de una colonia virulenta de Legionela a través de la red de suministro de agua, el funcionamiento del equipo en condiciones incontroladas, la descarga de una corriente de aire con microgotas contaminadas en suspensión, que puedan llegar hasta donde se encuentran personas, y que un número suficiente de estas microgotas sean inhaladas por aquellas susceptibles de contraer la enfermedad. Si cualquiera de estos eslabones se rompe, la posibilidad de la aparición de un brote es nula.
Mantenimiento de los equipos
Las actuaciones desarrolladas en torno al mantenimiento de los equipos de refrigeración evaporativa están dirigidas a propiciar las tareas de limpieza, desinfección y control de la temperatura del agua. Esta labor tiene el efecto de evitar el riesgo de la reproducción de la bacteria de la Legionela, pero también de optimizar el rendimiento energético del equipo, funcionamiento y vida útil.
Para realizar un buen mantenimiento hay que tener en cuenta diferentes cuestiones:
- Conocer y aplicar el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Su cumplimiento, además de obligatorio, es sencillo. En él se establecen las condiciones de mantenimiento básicas que deben seguirse para asegurar la seguridad ambiental.
- Seguir las recomendaciones de los fabricantes de los equipos. Como se ha dicho, estos son seguros con un correcto mantenimiento y los protocolos recomendados por los fabricantes, que siguen las pautas establecidas en el Real Decreto antes mencionado, son sencillos y de fácil cumplimiento.
- Asegurar el correcto funcionamiento de los equipos. El funcionamiento del equipo en condiciones incontroladas es uno de los motivos que pueden contribuir a que se produzca un brote de Legionela. ¿Cuándo se puede considerar que un equipo funciona de forma incontrolada? Básicamente, cuando no se llevan al día los controles y limpiezas periódicas recomendadas por los fabricantes. Es importante respetar la periodicidad de las mismas ya que, en caso contrario, la acumulación de suciedad y las incrustaciones pueden ser difíciles de limpiar, haciendo necesario el paro prolongado del equipo para una limpieza en profundidad.
Concentraciones típicas de un total de bacterias aeróbicas de las 104 cfu/ml (cfu= unidades formadoras de colonias) implican que el sistema está bajo control; sin embargo, concentraciones superiores a 105 cfu/ml requieren medidas correctivas de forma inmediata que permitan reducir el nivel bacteriológico.
Existen condiciones que favorecen las altas concentraciones de bacterias, especialmente de la Pneumophila Legionella:
- Temperatura: la bacteria no se multiplica por debajo de los 20 grados, aunque siga viva, mientras que por encima de los sesenta no sobrevive.
- Nutrientes: en la instalación deben existir nutrientes que permitan la multiplicación de bacteria, es decir, sedimentos, lodo, restos de corrosión, etc.
- Refugios: el lodo, las películas biológicas y las incrustaciones pueden ofrecer abrigo al crecimiento de la Legionela.
Una correcta limpieza y desinfección de la instalación de refrigeración evaporativa impedirá la producción de cualquiera de estas circunstancias, convirtiéndose en la solución más eficaz para eliminar el riesgo de Legionela.
- Cuidar el diseño del equipo. Si el equipo tiene veinte años o más quizá ha llegado el momento de pensar en renovarlo. En la actualidad, el diseño de los equipos de refrigeración evaporativa incluyen numerosas mejoras destinadas a eliminar las condiciones que favorecen la multiplicación de bacterias, así como a minimizar el arrastre de aerosoles de agua en la descarga del aire de los equipos. Entre ellos, cabe mencionar los pulverizadores de baja presión que minimizan el arrastre de agua, los sistemas de distribución de agua sin pulverización (por gravedad), los rellenos desmontables y anti-legionela, los eliminadores de gotas de alta eficiencia y anti-legionela, los filtros de acción combinada y las mejoras en la accesibilidad de las torres para realizar una mejor limpieza, entre otros.
- Vigilar el emplazamiento de la instalación. La Ley es clara al respecto, los equipos no pueden situarse en zonas de paso de personas para evitar que el penacho de vapor que emiten pueda llegar a ser inhalada por ellas. Desde la Comisión Técnica de AEFYT estamos seguros de que una hipotética bacteria contenida en las microgotas no sobreviviría más que escasos metros por lo que, si la nueva torre se instala en un correcto emplazamiento del equipo, acorde con la legislación, reducirá e incluso eliminará, las posibilidades de inhalación por las personas. Existen muchas dudas sobre que la bacteria pueda sobrevivir varios metros en el interior de las microgotas, por lo que el emplazamiento es vital para que no puedan ser inhaladas.
- Vigilar que los libros de control de mantenimiento estén al día y velar por que éste sea realizado por empresas de probada reputación. En este sentido, en los últimos años se ha observado una intensa profesionalización del sector del mantenimiento, así como una mayor concienciación sobre la importancia de realizar un buen trabajo en este sentido, capaz de asegurar la dignificación del sector de las torres de refrigeración de cara a la sociedad.
- La Legionela se combate en invierno. Es un error pensar que realizar una labor de mantenimiento cuando llegan las altas temperatura es suficiente para prevenir concentraciones de Legionela. El mantenimiento de una torre es una labor que debe realizarse con la periodicidad recomendada por el fabricante durante todo el año.
- Un exhaustivo control de la red de suministro de agua. Hay que tener en cuenta que para que se forme una colonia virulenta de Legionella Pneumophila primero ha tenido que producirse una aportación de agua con dicha bacteria a través de la red. En este sentido, el control del agua de red y, por tanto, del origen punto de origen de la bacteria es fundamental para evitar los brotes. El exhaustivo control del agua de red asegura la tranquilidad de los ciudadanos, en la medida que el agua llega a lugares tan próximos a los mismos como aspersores, piscinas, fuentes públicas e incluso pozos de los que se extrae el agua para riego u otros usos.
Los avances técnicos y su contribución al mantenimiento
Los avances técnicos son fruto del esfuerzo de los fabricantes por garantizar la seguridad de los equipos, completamente concienciados con esta necesidad y que han contribuido a incrementar dicha seguridad, tanto mediante las instrucciones y consejos sobre mantenimiento que incorporan en los mismos, como a partir de una serie de avances técnicos que contribuyen a facilitar su mantenimiento y reducir el riesgo a que estos alojen y difundan colonias de Legionela. Además de lograrse un mayor rendimiento energético, se ha conseguido un mantenimiento más sencillo que redunda en la seguridad socio-sanitaria.
Éste es el caso de los rellenos de alta eficacia que se han transformado con la utilización de materiales resistentes (polipropileno y poliéster); los separadores de gotas, que han experimentado una evolución similar en eficacia a la hora de evitar la salida de gotas de agua al exterior; la mejora de la accesibilidad, a través de puertas amplias que facilitan la entrada de los técnicos; la evolución en los sistemas para facilitar el drenaje, la limpieza y la toma de muestras, que se traduce en bandejas inclinadas, plataformas y escaleras; y, por último, las ventanas, cuyo diseño evita el paso de luz o agua que lleva suciedad impidiendo que los rayos ultravioletas generen las condiciones necesarias para el desarrollo microbiológico en el interior de la torre.