Fabricantes, instaladores y profesionales del sector de la refrigegración han trabajado desde el primer día de la crisis del COVID-19 a fin de garantizar los servicios de climatización y refrigeración en los sectores más críticos y ofrecer a la sociedad estas prestaciones fundamentales. El papel de las tecnologías del frío es vital en la conservación y suministro de alimentos o medicinas, el mantenimiento de centros informáticos y de telecomunicaciones, así como en la climatización de superficies comerciales o centros hospitalarios. La inclusión de las empresas de refrigeración como imprescindibles en estos momentos tan complicados para el conjunto de la sociedad pone de relieve que se trata de servicios esenciales en esta crisis, que permiten el funcionamiento de los sectores críticos.
En este contexto, los equipos de refrigeración evaporativa han resultado de vital importancia para muchos de los sectores reconocidos como esenciales por el Estado, como es el caso de todas las actividades que forman parte de la cadena de producción de la industria alimentaria y la refrigeración no doméstica.
Asimismo, a lo largo de los últimos meses fabricantes, instaladores y el resto de profesionales del sector del frío han trabajado intensamente para hacer frente a la nueva situación generada por el COVID-19, que no solo aseguraran que los equipos hayan funcionado correctamente en los sectores más críticos, sino que han demandado a empresas y asociaciones una completa reorientación de sus actividades, priorizándose la formación e información de los profesionales, así como el servicio al cliente en remoto.
En este sentido, se ha apostado por la redacción y publicación de protocolos de actuación y guías de recomendaciones a fin de garantizar la seguridad de los profesionales, se han organizado actividades formativas específicas para facilitar su adaptación a las nuevas circunstancias, se han extremado todas las medidas preventivas y de protección relativas al personal y las empresas han puesto el foco en la atención online y en el refuerzo de los servicios de logística, mientras que las plataformas digitales de formación trabajan al cien por cien.
En definitiva, en estas semanas en las que la crisis del COVID-19 ha sacudido el mundo, el sector del frío ha demostrado su capacidad de adaptación a la nueva situación. Fabricantes, instaladores, formadores y otras empresas han reorientado su actividad a fin de ajustarla a las nuevas pautas exigidas para trabajar.