El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha elaborado una serie de directrices para que los gobiernos de los países en vías de desarrollo amplíen el acceso a la refrigeración y el aire acondicionado, mitigando al mismo tiempo los impactos energéticos y ambientales.
El PNUMA sostiene que las nuevas directrices podrían ayudar a reducir las emisiones estableciendo normas claras de rendimiento para los nuevos aparatos, al tiempo que ayudan en el desarrollo de los países más desfavorecidos. Con las medidas que ha presentado, se calcula que, solo en África, los impactos anuales para 2030 podrían resultar en un ahorro de 40TWh de electricidad -equivalente a la producción de casi 20 grandes centrales eléctricas y un costo de 3.500 millones de dólares en facturas de electricidad- y una reducción de 28 millones de toneladas de emisiones de CO2.
"Necesitamos ampliar el acceso a la refrigeración, que es esencial para muchos aspectos de la vida humana y el logro de los objetivos de desarrollo sostenible", dijo Brian Holuj, de la Iniciativa Unidos para la Eficiencia (U4E) del PNUMA, y uno de los autores principales de las directrices. "Pero también necesitamos mitigar los impactos energéticos y ambientales. Las directrices aconsejan a los gobiernos sobre cómo hacer precisamente eso".
El consumo de electricidad varía mucho entre los diferentes países, según el PNUMA, los aparatos domésticos de mercados no regulados consumen cuatro veces más que los aparatos eficientes actualmente disponibles. Un buen etiquetado y el cumplimiento efectivo de las normas relativas a eficiencia energética debería ser suficiente para frenar el despilfarro energético en dichos mercados.