La refrigeración magnética se perfila con fuerza como una tecnología de futuro en la demanda de soluciones de refrigeración eficientes y respetuosas con el medioambiente aunque, probablemente, haya que esperar bastante tiempo para ponerla en práctica ya que su implementación técnica es difícil. Uno de los escollos es la dificultad en mantener las temperaturas necesarias utilizando sólidos de bajo coste durante un largo periodo de tiempo.
Sin embargo, poco a poco, se van dando pasos adelante. El último es el que presenta una spin-off de la Universidad Técnica de Munich (TUM) afirma haber tenido éxito en el desarrollo de un sistema de refrigeración magnética permanente para alcanzar temperaturas cercanas al cero absoluto (-273 ° C). Dichas temperaturas son esenciales para la investigación básica en el campo de la física cuántica, pero las tecnologías basadas en la mecánica cuántica se están preparando también para dar el salto a aplicaciones comerciales. Según el documento, La Refrigeración Magnética-Los frigoríficos del futuro, editado por el Instituto de Ciencias de los Materiales de Aragón, con esta nueva forma de refrigeración se podría sustituir el uso de refrigerantes y compresores por dispositivos basados en la física, concretamente, en el efecto magnetocalórico. Éste se apoya en el calor asociado a algunos cambios que sufren ciertas sustancias al someterse a la acción de un campo magnético. Así, en lugar de utilizar gases, se emplearían sólidos magnéticos; y, en vez de ciclos de compresión-expansión, se trabajaría con ciclos de imanación - desimanación.