La eficiencia energética es uno de los factores que más preocupa al sector de los muebles frigoríficos y maquinaria frigorífica para el ámbito HORECA. Se trata de un área industrial que ha incorporado numerosas medidas para lograr reducir el consumo de los equipos, en especial a partir de la introducción de los reglamentos europeos de Ecodiseño y Etiquetado. Dichas normativas cubren diferentes tipologías de productos y entre sus principales novedades se encuentra la base de datos públicos EPREL, donde se referenciarán los datos de los equipos puestos en todo el mercado europeo.
Algunos ejemplos de esos cambios introducidos para minimizar el consumo energético en sistemas nuevos en uso comercial, es decir, en espacios de almacenamiento, exposición o distribución de productos para su venta a usuarios finales en venta al por menor y servicios alimentarios, podemos verlos en la incorporación de ciertos elementos. Entre estos, destacan los compresores de alto rendimiento e inverter, ventiladores electrónicos de bajo consumo, válvulas de expansión electrónicas, controles inteligentes, mejoras del aislamiento e incorporación de puertas, reducción del empleo de resistencias eléctricas, etc. No hay que olvidar tampoco el empleo de refrigerantes con mejores propiedades termodinámicas como elemento clave en esta renovación. Y como resultado, se ha registrado un ahorro en los consumos de entre el 70 y el 90% con respecto a los equipos de hace 15 años, según indican desde la industria de los muebles frigoríficos y la maquinaria frigorífica.
En este contexto, la distribución alimentaria es uno de los sectores más concienciados con la eficiencia energética, tanto por su relación y labor dentro de la sociedad, como porque la refrigeración y la climatización representa en torno al 45% de su factura eléctrica. Una realidad por la que la distribución alimentaria se ha convertido en uno de los ámbitos productivos pioneros en la introducción de las medidas de ahorro energético en sus equipos.
Por otra parte, hay que seguir recordando otro tema importante que afecta a este sector: la repercusión que la crisis de la hostelería, entre las más afectadas por la pandemia y cuyos plazos de recuperación no están claros, está teniendo en las empresas del frío. La caída de ventas en este sector, tal y como ciertos exponentes del mismo calculan, puede oscilar en torno al 40% o 50% dependiendo de los países. Esto ha llevado a muchas empresas a formalizar ERTE's, o en el mejor de los casos, a reconvertir parte de su negocio y diversificarlo ampliando a otras esferas económicas como la alimentación, el campo médico o el sector industrial.