La protección anticongelante es el primer criterio en la selección de un caloportador, pero es esencial ir más allá y tener en cuenta la seguridad y el medioambiente.
La base de la fórmula tiene impacto medioambiental por el origen de la materia prima, su producción o su biodegradabilidad. Y también afecta a la seguridad de las personas, a los sistemas termodinámicos y a su aplicación.